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3 Lecciones del basquetbol para la vida

3 Lecciones del basquetbol para la vida

 

Aplicar principios deportivos a nuestras vidas, no es nada nuevo. Durante años hemos leído y escuchado los principios que hicieron que Michael Jordan fuera el mejor de todos los tiempos, también hemos analizado la estructura y el trabajo en equipo en el rugby bajo el ejemplo de los All Blacks.

Lo increíble de estos principios, es el hecho de que son tan amplios que pueden aplicarse a cualquier faceta de nuestras vidas.

1. Aprovecha la oportunidad y toma el tiro

Hace poco volví a jugar basquetbol, luego de años alejado de las canchas. Para la mayoría de nosotros, esta falta de practica nos hace sentirnos inseguros e indecisos dentro de la cancha.

Ahora bien, debemos tomar en cuenta que la indecisión dentro de la cancha es una gran debilidad.

Cuando apenas regresé, el equipo contrario me dejaba libre, porque sabían que si recibía la bola pasarían una de dos cosas:

  1. Estaría muy asustado para tirar
  2. Arrojaría un ladrillo contra la canasta – un disparo tan malo que nunca parecía estar cerca de entrar, principalmente porque nunca creí en mi propio tiro.

El problema con esto, es: que en realidad estaba completamente libre para tomar el tiro. Tuve la oportunidad y tuve la mejor oportunidad de los 5 jugadores en la cancha, así que debería haber tenido confianza para tirar. Pero, porque dudé de mis propias habilidades no hice el tiro.

Lo que me enseñó el baloncesto fue que debo dejar atrás la indecisión, tener confianza en mi capacidad y aprovechar la oportunidad frente a mí.

Si aplicamos esta mentalidad a nuestras vidas aprenderemos a aprovechar cada oportunidad que tengamos. Debemos confiar en nuestra capacidad para ejecutar. Debemos confiar en nuestros instintos. Independientemente de nuestra experiencia, debemos tener fe en que haremos un buen tiro.

2. Pon toda tu atención en cada jugada, nunca sabes cuando el pase puede venir directo a ti

Una vez que comencé a creer más en mi, comencé a tomar más y mejores tiros, lo que hizo que los jugadores del otro equipo comenzarán a marcarme más. Sin embargo, cuando alguno de mis compañeros hacen una jugada, mi defensor iba a hacer una doble marcación y de repente estoy solo y en buena posición.

Noté que en esas situaciones, si mis manos están abajo y me pasan la pelota, lo más probable es que voy perder la pelota o voy a tomar mucho tiempo para atraparla, hasta el punto que mi marca vuelve a su posición y la oportunidad para hacer un buen tiro se ha ido.

Sin embargo, si tengo las manos arriba junto con mi total atención, estaré en condiciones de tirar.

En la vida diaria, las oportunidades pueden cruzarse en nuestro camino cuando menos lo esperamos. Tenemos el deber de estar listos para atrapar la pelota primero y aprovechar la oportunidad que tenemos en nuestras manos.

Recuenta siempre estar listo, estar esperando, así que cuando la pelota llegue a tu, estés listo para tomar el tiro.

3. Todos necesitamos descansar de vez en cuando. Identifica y acepta tu turno al descanso

Cuatro cuartos de diez minutos cada uno no parece mucho tiempo, pero en la cancha es mucho tiempo. Me gusta estar orgulloso de mi condición física, en mi capacidad de seguir luchando, pero 40 minutos de deporte de alta intensidad es lo suficientemente largo como para que mi cuerpo se canse, al punto de dejar de tomar tiros, incluso los que parecen más sencillos.

Sin embargo, si tomo un descanso en la banca y me lleno una vez más de energía, estaré listo para continuar durante todo el juego. Cuando todos en el equipo adoptan este enfoque (y toman descansos cuando es necesario), todos llegamos completos y encestando más canastas hasta los últimos minutos del partido.

El punto es: no podemos ir a 100kmh todo el tiempo. A veces necesitamos un descanso, incluso cuando nuestro tanque no está completamente vacío. Y mientras estamos descansando, es importante confiar en que nuestros compañeros de equipo podrán hacer los tiros.

En los negocios y en la vida, es realmente fácil “seguir empujando” y olvidar que a veces necesitamos un descanso. Reconocer cuándo ya no estás al 100 puede ayudarte a mantener un mejor ritmo durante tu trabajo o durante tu día. Mientras estás fuera del juego, confía en que las personas que te rodean (amigos y colegas) se lograrán contribuir en que el equipo siga avanzando.

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