¿Te gustaría lograr terminar más proyectos? Prueba con estos secretos de productividad de algunas de las mentes más brillantes de nuestra historia.
1. Como la gran mayoría de nosotros, Beethoven comenzaba su día preparando café, solo que el insistía en que el suyo fuera preparado con 60 granos por taza.
2. Benjamin Franklin solía despertarse muy temprano y comenzar su día escribiendo desnudo por una hora antes de vestirse e ir a trabajar.
3. Muchos escritores suelen iniciar su día con cualquier tipo de desayuno, Victor Hugo prefería comenzar su día desayunando huevos crudos.
4. Antes de que Freud saliera rumbo a su oficina, recibía una visita diaria de su barbero para que le arreglara la barba.
5. Agatha Christie nunca tuvo un escritorio, la escritora de 80 novelas y 19 obras solía trabajar donde fuera que se pudiera sentar.
6. Ernest Hemingway escribía de pie.
7. Thomas Wolfe también solía escribir de pie, con la diferencia de que él usaba la parte más alta de su refrigerador como escritorio (el medía 2. metros).
8. Algunos de nosotros solemos trabajar en Starbucks, el escritor Rainbow Rowell autor de Eleanor and Park ha escrito todos sus libros desde la comodidad de la popular cadena.
9. Richard Wright solía trabajar, fuera como fuera, en una banca en Brooklyn en el Fort Greene Park.
10. Maya Angelou es incapaz de escribir cuando su alrededor es agradable. Ella prefiere escribir desde los cuartos de hoteles y moteles.
11. Truman Capote en entrevista con The Paris Review, “No puedo pensar a menos que me encuentre acostado”.
12. Cuando el compositor Igor Stravinsky se sentía bloqueado, solía pararse de cabeza por unos minutos para aclarar su mente.
13. Woody Allen se mete a la regadera – algunos días varias veces al día – cuando necesita un boost mental.
14. El pianistas Glenn Gould solía hacer ayuno los días que grababa su música, el pensaba que esto lo ayudaba a tener la mente mejor preparada.
15. El poeta alemán Friedrich Schiller insistía en que el olor a manzanas estimulaba su creatividad.
16. Stephen King escribe todos los días, su meta diaria es de 2,000 palabras y normalmente esto le toma alrededor de 5 horas.
17. Cuando Anthony Trollope terminaba de escribir un libro inmediatamente comenzaba a escribir el siguiente. Se dice que Henry James hacia lo mismo.
18. Mark Twain después de cenar solía leer sus escritos del día en voz alta a su familia esperando escuchar sus comentarios.
19. Mientras Anne Rice escribía Entrevista con el Vampiro solía dormir todo el día y trabajar toda la noche, ella dice que trabajar en este horario la ayuda a evitar distracciones.
20. El escritor Jerzy Kosinski solía dormir siempre 8 horas al día solo que el lo hacía por partes de 4 horas por vez.