Los lunes son para muchos de nosotros el peor día de la semana, pero no tienen por que serlo.
De hecho, este debe ser el día que establece el tono de tu semana. Al inicio de la semana puedes decidir el rumbo de la semana ya que es momento de establecer tus prioridades, recordar tus metas y poner hábitos en marcha.
1. Escribe una lista de todo lo que quieres hacer en la semana y agrupa las actividades que seas similares en recursos y en personas con las que trabajarás.
Esta forma de trabajar te ayudará a mantenerte en la zona y avanzar rápidamente sin que tengas que volver a concentrarte en volver entrar a los detalles cada que cambies de actividad.
2. Al iniciar la semana realiza una primera actividad y termínala tan rápido como te sea posible.
La satisfacción de terminar algo al iniciar el día es importante y te ayuda a concentrarte mejor, realiza una actividad sencilla tan rápido como puedas al iniciar la semana y sentirás que iniciaste con el pie derecho.
3. Planea tus actividades sociales con anticipación.
Es una buena idea tener tus planes en la agenda desde el principio de la semana, esto te ayuda a mantener tus tiempos en orden y a dejar el trabajo en hora para llevar un balance óptimo.
4. Elige una meta de la semana y evalúate según tus avances en esa meta al final de la semana.
Cada semana intento tener una meta bien definida y verifico como me fue al final de la semana.
Este hábito, me ha ayudado a llevar un orden en mis prioridades a lo largo de la semana y creo que es una buena forma de ver avances tangibles en nuestro día a día.
5. Escribe tu lista de comida al inicio de la semana.
Este es otro ejemplo de un buen hábito y al mismo tiempo te ayudará definitivamente a llevar una mejor dieta. Cuando no planeamos solemos ser atrapados desprevenidos y es ahí donde entran malas prácticas. En el caso de nuestra alimentación el no planear por adelantado, nos llevará a comer mal. Crea de esta lista un hábito de planeación y verás los beneficios.
6. Toma café frío.
Es fácil, sencillo y te llenará de energía.
7. Checa tu correo al medio día.
Difícil para la mayoría, pero en realidad llegar al trabajo y poder tener un par de horas enfocadas a hacer las cosas que tienes que hacer te dará un avance mayúsculo en tu trabajo. El mail puede ser un matón de la productividad.
8. Pon una alarma para que tomes un breve descanso cada hora y media.
Ya sea que camines unos pasos, te estires, vayas al baño o simplemente alejes la vista de la computadora, estos mini breaks te darán un boost en temas de energía y poder de concentración.