Se están cumpliendo 20 años de la demolición de Kowloon, mejor conocida como: “La Ciudad Amurallada” o en su traducción al español: “Ciudad de nueve dragones“. La Ciudad Amurallada de Kowloon fue una anomalía política de la historia colonial de Hong Kong: Un pequeño exclave chino ubicado en el Hong Kong británico.
En sus inicios esta península fue utilizada como puesto de vigilancia contra los piratas que amenazaban el comercio de sal en la zona. Pero después la zona fue reconstruida para ser utilizada como fortaleza, tras la cesión de Hong Kong al Imperio británico en 1842. Fueron las autoridades chinas quienes establecieron la Ciudad Amurallada como un punto de control para supervisar la actividad de la zona. El convenio para la anexión de nuevos territorios a favor de Gran Bretaña excluía la Ciudad Amurallada, lo que permitió a China mantener sus tropas en el lugar, en cuanto no entorpeciese la actividad británica. En sus inicios la población de la ciudad era tan sólo de 700 personas.
En los años 80s, la población estimada era ya de más de 35 000 habitantes. Fue en esos momentos que nació una ciudad sin ley conocida por sus excesos, fumaderos de opio, traficantes de cocaína, casinos, puestos de comida en los que se servía carne de perro y fábricas secretas de falsificaciones diversas. Al mismo tiempo, Kowloon era famosa también por la cantidad de dentistas que allí desarrollaban su actividad, de forma antihigiénica.
En 1991 comenzó el desalojo de la ciudad amurallada, que no concluiría hasta 1993. Kowloon había alcanzado una población superior a los 50.000 habitantes, ostentando el récord de la mayor densidad de población del planeta con 1.900.000 habitantes por km².